
los mosaicos no tenian color de nada
asi que no se podia valer de ellos para darle un toque de armonia.
La voz venia de fondo: las voces.Una mas gruesa hablaba de como hacia para mantener el silencio durante tantos dias y la otra sugeria una cura de sueño.
Su mente entendia todo pero no podia hacer que las voces la entendieran a ella.
Una mano salio del fondo y le acaricio la frente. Se sentia calentita y era la primer caricia despues de la ultima. La ultima habia sido el domingo, ella venia con su az de luz y el la penetro con su oscuridad, sus palabras traspasaron su cabeza, su cuerpo y su alma. Ella no habia entendido que hacia a su lado pero se sentia tan rico nombrarlo, tocarlo, poseerlo.
Sus ojos lo tenian en las pupilas, vestido verde salmon, de espaldas mirando como se alejaba.
Despues su recuerdo era la ruta, las luces de noche y buscar en un lugar el tiempo.
Cuando su hermana le abrio la puerta temblaba y ahora ya estaba ahi: esas personas decian querer ayudarla, sus delantales blancos le daban la pauta de donde estaba.
Nadie sabia que ella solo deseaba olvidar, sin decir palabra sintio como el suero se metia en sus venas.
Se suponia que dormir por dias la despertaria desenamorada de su hombre.
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