domingo, 26 de julio de 2009

Encuentro de Mediodía


El camina a su lado, separados, como si se hubieran encontrado de casualidad pero en realidad el encuentro habia sido programado la semana anterior...

El habia escrito en su celular podés? enviandolo a taller Guerrero y ella lo contesto con un si y mando la contestación a Gaby. Hacia ya varios meses que venian los encuentros, primero de manera más frecuente, como una necesidad que se reprime y se vive con culpa. Despúes disminuyeron, ella no soportaba sentir que lo estaba queriendo asi que alterno los encuentros con salidas con otro hombre que si bien no tenia el temperamento de Gabriel servia para saber que no era de él.

Siempre era en un hotel, a veces entraban en uno de calle San Lorenzo y otras a uno de la Obispo Trejo, pasaron todas las estaciones juntos: a veces lloviendo y otras a pleno sol. Mirandose poco, ella lo esperaba sentada en la escalera del edificio de ladrillos vistos, al lado del Instituto Ulton, observaba las ambulancias que circulaban, la gente apurada, los jovenes de traje con carpeta en mano, pensando si mandaba un mensaje apurandólo o dejaba que él solo reporte su demora. Ella sentia los nervios de lo prohibido, como si estuviera engañando también, él se le reía en la cama cuando ella le confesaba el miedo de esperarlo, aduciendo su tonta preocupación.

La última vez que ella lo sintió dentro suyo, fue todo al revés, debia haber pensado que por algo todo era diferente. El llego primero, cuando habían acordado encontrarse a las 12:30 hs, ella recibio un mensaje 10 minutos antes diciendo Dónde estas? estoy esperando y cuando lo encontró sentado en las escaleras del edificio de ladrillos vistos, se le rió y le dijo para que veas lo que se siente esperar. Caminaron juntos como si fueran separados, un clasico entre ellos, ella le miro los pies y bromeo por sus botitas Jhon Foos Blancas, te apendejaste? y él sólo la miro con su sonrisa ironica. Típica en su cara.

Eligieron el hotel de la Obispo Trejo, ella entro primero, y él 30 segundos despúes, ella no le veía sentido a eso pero para que gastar el tiempo en aclararle su opinión sabía que él no haría caso, subieron a la habitación en el primer piso. En el ascensor le dijo todas las cosas que haría con su cuerpo mientras ella sonreia detras de sus gafas oscuras. Se despojaron de la ropa e hicieron el amor como si no hubiera pasado el tiempo, de la misma manera con la misma pasión.

Ella le confeso que había intentado alejarse de él, por la culpa, por la situación, por querer otras cosas, omitiendo que deseaba un hombre como él a su lado. No le salieron palabras de amor. Y él queriendo decir algo se mantuvo callado. Estaban ahi en la habitación de un hotel, juntos, desnudos, contándose su vida, esperando que sea la hora de irse sin querer irse. Riéndose. Disfrutando.

Cuando salieron a destiempo, como él se lo había pedido, ella diviso su camisa 10 metros más adelante, ya casi llegando a la Av. Irigoyen, lo siguio con la mirada hasta que su imagen se perdió entre toda la gente. El sol partia el mediodia de ese viernes, ella apresuro sus pasos como si todavia sintiera ese miedo tonto de ser descubierta.