domingo, 2 de agosto de 2009

Ella y Yo

Se sube al taxi mirandose los pies. El destino lo dice a lo bajo y permanece en silencio.

El viaje es hasta su casa, esta de noche y callada tratara de que el olor a alcohol se le note menos.

Tomó un par de tragos, escuchando al Cristian Amato, desde hace una semana que venia pronosticando su salida a verlo, queria ver y oir como su voz se perdia en su presencia. Estuvo rodeada de gente, era su primera salida sola, si sola! no coordino con ninguna amiga, y amigos no quiso llamar. Penso en el pendejo que le hizo escuchar por primera vez el tema de los amores prohibidos pero ya no tenia sed de él y pensarlo ya no significaba más que un recuerdo de otra experiencia. Bebio un speed con vodka como para empezar la noche, no pretendia tomar mas de la cuenta asi que lo hizo durar casi una hora a ese trago entre sus manos.

El Amato parecia más joven desde lejos, cantaba como triste, no sin ganas pero como si el también tuviera el corazon partido. Le ponia onda a las canciones pero su mirada estaba como perdida, ja! penso ella los cantantes tambien se melanculean.

No pertenecia a la movida cuartetera pero queria pasar una noche escuchando unos buenos cuartetos asi que elijio un boliche, la banda del Amato por ahi sabia tocar en ese lugar y ese viernes coincidio con sus ganas, ya habia tenido una noche en esos clubs de barrio donde se hacen bailes y la verdad es que juro no volver a pisar uno nunca mas. Ya estaba grande o se sentia grande como para estar en esos lugares tan "pegajosos".

Reconocio un par de su trabajo y algunos de la cuadra pero no se saludo con nadie. Se pidio como segundo trago una Iguana, ya nada de bebida blanca, ahora algo mas ligh penso mientras pagaba la cerveza.

Escucho unos temas más, respondio a los hombres que intentaron hacerla bailar con un "espero a alguien". Mentira, pero era la respuesta que no daba pie para un retruque y que la conversacion se de para mas larga, aparte su cara de "Miss Antipatia" hacia de guardaespaldas fuerzudo y no fueron muchos los valientes.

Cuando miro la hora ya eran casi las 5, Amato hacia el amague de irse y ella se dispuso a abandonar su lugar en la barra para marcharse a su casa. Busco la campera, agosto seguia siendo uno de los meses mas frios en la Docta.

Cuando paro el taxi se dio cuenta que llevaba el celular en la mano y se sorprendio de que no hubiera echo una sola llamada, los años no vienen solos penso y se rio... habia aprendido a controlar ciertas cosas....